De acuerdo a la International Energy Association (IEA) sólo 16% de los trabajadores del sector eléctrico mundial son mujeres y menos del 15% ocupa un cargo de alta dirección en la industria. Chile ostenta cifras un tanto mejores con un 23% de participación femenina en el sector energía. Aún queda mucho por avanzar.
Si se analiza desde los gobiernos hasta los directorios de empresas, las mujeres siguen estando subrepresentadas. Ejemplo de ellos es que a nivel de empresas IPSA, sólo somos dos mujeres las que ocupamos el cargo de la gerencia general.
Recientemente, hemos anunciado que el directorio de ENGIE Energía Chile S.A. se compone mayoritariamente de mujeres, marcando un hito significativo en la representación de género dentro de la industria energética del país y dentro de las empresas IPSA. La inclusión de profesionales, de destacada trayectoria y experiencia en cargos de liderazgo como Carolina Schmidt, Mireille Van Staeyen, Joanna Davidovich y Felisa Ros releva nuestra determinación a tomar acción en todos los niveles de la organización para cerrar la brecha de género, y resalta la urgencia de continuar trabajando para que estos porcentajes aumenten en todos los directorios del país.
La falta de representación femenina en posiciones de liderazgo es un desafío persistente y hace rato dejó de ser una declaración de principios, para pasar a ser una razón para tomar acción. De hecho, en Chile, sin ir más también se han impulsado con fuerza iniciativas bastante decidoras como el programa Energía + Mujer del Ministerio de Energía, la Asociación de Mujeres en Energía, o el programa Women In Energy del World Energy Council. Todas ella buscan motivar a las mujeres a ser parte de la industria eléctrica y poner a disposición sus capacidades y puntos de vista para un desarrollo armónico con el entorno, pero manteniendo la necesaria competitividad, rentabilidad y el empuje que requiere el sector para sobresalir a nivel global.
Pero el liderazgo femenino no se limita a las altas esferas. Muchas mujeres ejercen un liderazgo silencioso, como aquellas que dirigen pequeñas y medianas empresas, enfrentando dificultades para obtener financiamiento y participar en cadenas de valor. Es evidente que se necesitan políticas concretas para cerrar la brecha de liderazgo y ya sabemos que mecanismos como las cuotas, las políticas de fomento a la contratación y, la corresponsabilidad paternal son un cambio significativo a todo nivel profesional.
Necesitamos líderes, tanto hombres como mujeres, comprometidos con la igualdad y dispuestos a invertir en el futuro de todas las personas, independientemente de su género. Es solo a través de un esfuerzo conjunto que lograremos cerrar la brecha y construir un futuro más inclusivo y equitativo para todos.
Rosaline Corinthien, CEO de ENGIE Chile.