La ética es una guía para nuestro trabajo, inspirándonos a actuar con integridad, responsabilidad y respeto y a relacionarnos de manera justa, honesta y transparente con nuestros clientes, proveedores, autoridades y socios.
En tiempos donde la transformación energética se presenta como una urgencia global, actuar con ética deja de ser solo una aspiración para convertirse en una condición habilitante del desarrollo sostenible. En ENGIE Chile, entendemos que la ética no es solo una declaración de principios, sino una brújula que orienta nuestras decisiones, incluso –y, sobre todo– en contextos complejos.
La ética es una guía para nuestro trabajo, inspirándonos a actuar con integridad, responsabilidad y respeto y a relacionarnos de manera justa, honesta y transparente con nuestros clientes, proveedores, autoridades y socios. Esta convicción está en la base de nuestro modelo de negocio, de nuestros compromisos con las comunidades y del rol que queremos cumplir como actor relevante de la transición energética justa en el país.
Como parte del Grupo ENGIE, adherimos a los más altos estándares internacionales, reflejados en nuestro Código de Ética y Conducta en los Negocios, que recoge principios de Naciones Unidas, la OCDE y la OIT. Esto se traduce en políticas concretas que rigen nuestras decisiones estratégicas y operativas: evaluaciones de debida diligencia, protocolos para gestionar conflictos de interés, mecanismos para la prevención de delitos y resguardo de derechos humanos, entre otros.
Pero los marcos normativos, por robustos que sean, no bastan si no se viven cotidianamente. En ENGIE, el compromiso con la ética es irrestricto y se espera que nuestros principios y valores guíen nuestro actuar a todo nivel, independiente de la función que se desempeñe en la empresa y aún en contextos adversos. Por eso, no hablamos de ética solo cuando surge una contingencia; la promovemos activamente, integrándola en nuestras conversaciones, decisiones y relaciones.
Durante este mes de la ética, hemos impulsado diversas iniciativas para promover el diálogo y la reflexión en toda nuestra organización. Entre ellas, la Charla Anual de Ética, que se ha programado de manera presencial en distintos sitios a lo largo de nuestro país para llegar al mayor número posible de colaboradores y colaboradoras, reforzando así nuestro compromiso con una cultura ética sólida y compartida.
Esta cultura, que nos exige mirar más allá de nosotros mismos para preguntarnos por lo correcto, y el impacto que tiene nuestra conducta como representantes de ENGIE en el entorno en que desarrollamos nuestras actividades. Elegimos ante todo el respeto a los derechos humanos, la protección del medio ambiente, el cumplimiento con las leyes, el rechazo a toda forma de fraude y corrupción y la lealtad e integridad en nuestras relaciones con terceros. Esto aplica tanto para quienes trabajamos dentro de la compañía como para nuestros contratistas, proveedores y socios estratégicos.
En un entorno donde las expectativas hacia las empresas son cada vez más altas, la ética no puede ser vista como una carga, sino como una ventaja estratégica. Nos permite construir confianza, anticiparnos a riesgos y actuar con coherencia frente a nuestros grupos de interés. La ética no es un accesorio, es el cimiento de nuestra licencia para operar y del valor que generamos para la sociedad.
Hoy, más que nunca, reafirmamos que nuestra transformación energética debe ir acompañada de una transformación cultural. Y en ese proceso, la ética será siempre nuestro punto de partida.
Francisca Vásquez, Gerente Corporativo de Asuntos Legales y Ética de ENGIE Chile.